julio 01, 2007

MISIÓN DE LOS LAICOS


Jesucristo a cada uno se nosotros nos llama a una misión, en su tiempo se la entregó a los apóstoles y ellos la transmitieron a nosotros a través del bautismo. Dentro de los bautizados los niveles de compromiso son diferentes de acuerdo a la función que cada uno de nosotros cumple. Todos estamos comprometidos, a través del Sacerdocio Común de los Fieles, a proclamar y enseñar la Buena Nueva del Amor de Dios.
Los laicos son “los cristianos que están incorporados a Cristo por el bautismo, que forman el pueblo de Dios y participan de las funciones de Cristo: sacerdote, profeta y rey.
• Sacerdote: como sacerdote es un mediador entre Dios y los Hombres, celebra las liturgias dentro de su vida cotidiana: Animando la Oración comunitaria, Orando y enseñando a orar en familia, Participación activa en las celebraciones de la Iglesia, especialmente en la Misa.
• Profeta: es un maestro que enseña la fe y proclama la palabra de Dios en la vida diaria: Discernimiento ante personas y grupos, Educación de jóvenes y adultos, Uso de medios de comunicación social, Catequesis. Para cumplir esta función hay un requisito, ser oyentes frecuentes y convencidos de la palabra del Señor.
• Rey: es el pastor que guía a su rebaño, que sirve a su pueblo y gobierna con justicia en el Mundo de hoy: Búsqueda del bien común social, económico, laboral, cultural, político, etc., Liberación de toda servidumbre, Promoción humana, Cuidado de ancianos, enfermos, presos, abandonados, necesitados en general, Atención de los sufrientes.
La misión propia del laico se realiza en el mundo, de tal modo que con su testimonio y su actividad contribuyan a la transformación de las realidades y la creación de estructuras justas según los criterios del Evangelio.
El documento de Puebla nos ilumina diciendo que los laicos: Son “hombres de la Iglesia en el corazón del mundo, y hombres del mundo en el corazón de la Iglesia”
¿Cuál es ese mundo donde estamos llamados a realizar nuestra misión?
“En el mismo mundo vasto y complejo de la política, de la realidad social y de la economía, como también el de la cultura, de las ciencias y de las artes, de la vida internacional, y otras realidades abiertas a la evangelización, como son el amor, la familia, la educación de los niños y adolescentes, el trabajo profesional y el sufrimiento” Allí donde estamos cotidianamente insertos es donde Jesucristo nos llama a cumplir la misión que nos ha encomendado. Para cumplir nuestra misión con responsabilidad personal, los laicos necesitamos una sólida formación doctrinal, pastoral, espiritual y un adecuado acompañamiento, que nos ayude a discernir frente a los nuevos desafíos de la vida de hoy.
Resumen de la presentación de Enrique Palet