mayo 21, 2010


“RECIBIRÁN LA FUERZA DEL ESPÍRITU SANTO QUE DESCENDERÁ SOBRE USTEDES Y SERÁN MIS TESTIGOS” (HCH. 1, 8

Al Espíritu Santo se le representa de diferentes formas:

 El Agua: El simbolismo del agua es significativo de la acción del Espíritu Santo en el Bautismo, ya que el agua se convierte en el signo sacramental del nuevo nacimiento.
 La Unción: Simboliza la fuerza. La unción con el óleo es sinónima del Espíritu Santo. En el sacramento de la Confirmación se unge al confirmado para prepararlo a ser testigo de Cristo.
 El Fuego: Simboliza la energía transformadora de los actos del Espíritu.
 La Nube y la Luz: Símbolos inseparables en las manifestaciones del Espíritu Santo. Así desciende sobre la Virgen María para "cubrirla con su sombra". En el Monte Tabor, en la Transfiguración, el día de la Ascensión; aparece una sombra y una nube.
 El Sello: Es un símbolo cercano al de la unción. Indica el carácter indeleble de la unción del Espíritu en los sacramentos y hablan de la consagración del cristiano.
 La Mano: Mediante la imposición de manos los Apóstoles y ahora los Obispos, trasmiten el "don del Espíritu".
 La Paloma: En el Bautismo de Jesús, el Espíritu Santo aparece en forma de paloma y se posa sobre Él.




Los dones son:

o Sabiduría: nos comunica el gusto por las cosas de Dios.
o Ciencia: nos enseña a darle a las cosas terrenas su verdadero valor.
o Consejo: nos ayuda a resolver con criterios cristianos los conflictos de la vida.
o Piedad: nos enseña a relacionarnos con Dios como nuestro Padre y con nuestros hermanos.
o Temor de Dios: nos impulsa a apartarnos de cualquier cosa que pueda ofender a Dios.
o Entendimiento: nos da un conocimiento más profundo de las verdades de la fe.
o Fortaleza: despierta en nosotros la audacia que nos impulsa al apostolado y nos ayuda a superar el miedo de defender los derechos de Dios y de los demás.


Al celebrar Pentecostés, no podemos olvidar la importancia de que el Espíritu Santo se haya entregado al hombre, para que Dios habite en cada uno de nosotros, lo que nos invita a hacer comunidad. Por sobre todo a salir al encuentro de los demás y sobre todo aquel que nos consuela en los momentos de dificultad.

Los invitamos a que cada uno se prepare para recibir el Espíritu Santo este Domingo 23 de Mayo.

Quizás teniendo más tiempos de oración para pedir que nos ilumine, acompañe y aconseje.
Ó quizás haciendo obras buenas que normalmente no hacemos.
Amar a los que encontramos difícil amar.
Es decir, abrir nuestros corazones para recibir el Espíritu Santo y que habite en nosotros.
El Espíritu Santo habita en cada uno, pero muchas veces no lo dejamos actuar.


"Nadie puede decir: ¡Jesús es el Señor! sino por influjo del Espíritu Santo" (1Co 12,3)

Muchas veces hemos escuchado hablar de Él; muchas veces quizá también lo hemos mencionado y lo hemos invocado. Piensa cuántas veces has sentido su acción sobre ti: cuando sin saber cómo, soportas y superas una situación, una relación personal difícil y sales adelante, te reconcilias, toleras, aceptas, perdonas, amas y hasta haces algo por el otro…. Esa fuerza interior que no sabes de dónde sale, es nada menos que la acción del Espíritu Santo que, desde tu bautismo, habita dentro de ti.