agosto 27, 2007

Un poco más cerca de Basilio Moreau


(colaboración de Javier Vergara)

El día miércoles 22 de agosto se realizó en el casino del Colegio un panel con la participación de la historiadora y apoderada del Colegio Sol Serrano y el Padre Tomás Shea (C.S.C), en la idea de acercarnos un poco a conocer la época y la vida del Padre Basilio Moreau, fundador de la Congregación de Santa Cruz, respecto de quien esperamos su próxima beatificación para el 15 de septiembre.

Nos acompañaron además del rector del Colegio y el superior de la Congregación, algunos profesores, alumnos y padres de Saint George’s, una numerosa representación del Colegio Andacollo, sacerdotes , hermanos y hermanas de otros apostolados de la Congregación en Chile, además, tal como nos informó el nuevo superior de la congregación en Chile Michael DeLaney C.S.C., el encuentro fue transmitido a otros países de nuestro continente, donde miembros y amigos de la Congregación pudieron verla.

Sol Serrano nos dio un interesante cuadro de la Iglesia francesa de los siglos XVIII y XIX. Iglesia que debe enfrentar los avatares de la Revolución Francesa y los intentos permanentes en ese período por extirpar a Dios de la sociedad. De este modo, el padre Moreau que nace con la revolución vive su niñez en un país ,en que los sacerdotes que no juraron la Constitución Civil del clero, debieron pasar a la clandestinidad. Posteriormente, ya con el Concordato firmado entre Napoleón y el Papa, pero principalmente a partir de la restauración monárquica, Francia vive la nueva etapa del despertar de la Iglesia francesa del siglo XIX, en estrecha relación con el papado en Roma. Esta es un Iglesia que vio nacer una serie de nuevas congregaciones y que tal como ocurrió con algunas congregaciones de religiosas que vinieron a Chile, tuvo una intensa y profunda actividad misionera, hacia diversas partes del mundo. En ese contexto para Sol Serrano la vida Basilio Moreau, representa el arquetipo de la Iglesia francesa del siglo XIX.

Por otra parte, el padre Shea vino desde Perú, a traernos una visión más personal e íntima del fundador de la Congregación, desde su niñez pobre en una familia campesina en las cercanías de Le Mans, sus estudios en el Seminario menor, y luego mayor. Su paso por el Seminario de Saint Sulpice, y su posterior trabajo en la educación de los niños y los adultos. Como con algunos otros diocesanos se organizaron para dar Retiros en la zonas rurales. Posteriormente la Providencia hace que una organización de hermanos cuyo fundador había vivido la clandestinidad durante la Revolución, le pidan al padre Moreau que los lidere una vez que fallece su fundador. Ese es el inicio de lo que posteriormente será la Congregación de Santa Cruz. Posteriormente, el padre Moreau incorpora una rama de hermanas, en la idea que siempre trabajarán juntos sacerdotes, hermanos y hermanas. Esta situación que se produce durante los años 30 del siglo XIX sólo culminaría con el reconocimiento formal de la Congregación, aún cuando la rama de las hermanas sólo es reconocida en la década del 50 de ese siglo. En su labor directora el padre Moreau no sólo se dedicó a trabajar y fortalece la Congregación en Francia, sino que desde sus inicios le interesó desarrollar una labor misionera fuera de la metrópoli. Así fue como envió grupos de sacerdotes, hermanas y hermanos a trabajar en Argelia, Cánada, Estados Unidos y lo que hoy conocemos como Bangladesh. Esta visión del fundador fue especialmente valorada por el padre Shea después de analizar que el mayor dinamismo, desarrollo y generación de vocaciones en la Congregación hoy se encuentra en sus obras en Bangladesh y Africa, para luego seguir en América Latina. Un regalo que nos hizo el padre Moreau con su espíritu misionero. Por último, pudimos saber que el padre Moreau tuvo unos últimos años de soledad y vivió su propia cruz cuando debió abandonar la dirección de la Congregación que fundó, en medio de la crítica de muchos con los cuales trabajó. Eso llevó que viviera sus años de vejez en la soledad de sus hermanos y sacerdotes de la Congregación, pero también en el cariño y cuidado de las hermanas de Santa Cruz, organización que con tanta fuerza respaldó.

Como pueden ver, este panel fue toda una experiencia para acercarnos a la época y a la vida del padre Moreau, y nos permitió entender un poco más el espíritu de la Congregación que por décadas a dirigido en este país el Colegio en que muchos nos educamos y hoy educa a nuestros hijos. Aprovechemos por ello, para agradecer a Dios por la obra del padre Moreau y sus hijos.